03 junio 2007

Los cimientos

Felices nuestros ojos y nuestros oídos que ven y escuchan. Sabed que reyes, papas, cardenales y obispos, abates y maestres han deseado ver y escuchar lo que vosotras escucháis y veis, pero ellos no lo han visto y no lo han escuchado y no lo conocerán jamás.





Busqué las alturas difuminando el límite entre la tierra y mi piel. Subí montañas, viví en áticos, contemplé el cielo abierto una y mil veces hasta creerlo mío. Me empapé de la lluvia como de las bendiciones y hablé con dios para preguntarle el por qué de su ira cuando me negaba el sol. Imploré hacia arriba, y mis pies fueron ligeros, y me olvidé de las raíces que encuentran a oscuras el alimento para la flor. Y di frutos de aire, que brillaban, sí, pero carecían del húmedo y profundo sabor.
Porque temía descender. Descender a las grutas de mí misma. Descender y encontrar mis cimientos a punto de desmoronarse, en pie a fuerza de un milagro y de mi intento. Descender y encontrar nidos de serpientes planeando envenenar el futuro. Descender y encontrar los fantasmas de los que se fueron dispuestos a rendirme cuentas. Descender y encontrar mi espejo, y no ver nada. Un rostro vacío. Un corazón vacío. Un vientre vacío. Y las telarañas del tiempo azotando mis sienes y riéndose de mí.
Tuve miedo mucho tiempo. Miedo de mí. Até mis manos para no sorprenderme, vendé mis ojos para no saber, tapé mis oidos, aunque las voces siguieron hablando. Tuve miedo y me negué.


Pero un día descendí. Supongo que para enterrarme o para reconstruirme. Supongo que en ese momento me daba absolutamente igual. Y de haber apostado por algo, hubiera sido por la primera opción. Pero descendí, es cierto, y encontré las columnas de alabastro en pie penetrando en la tierra firmes y certeras desde cientos de años atrás. Y supe de los laberintos que recorren el centro de la ciudad y de los templos ocultos bajo nuestros pasos. Y entendí por qué tengo la certeza de estar en mi lugar. Donde creí que habitaban serpientes, permanecía oculto mi origen.

Ahora sé que el miedo esconde algo entre sus fríos dedos de muerte revenida. Que refleja el terrible vacío que se origina al enfrentarnos con lo más grande que poseemos, con esa esencia de eternidad de la que no hemos de desprendernos y que perfuma nuestros días, y algunas noches sin luna también. Que viene con militares pasos certeros, que asedia nuestros sueños y los convierte en pesadillas, y que cuando le preguntamos quién eres se escabulle entre las casualidades (y deja una estela de luciérnagas resplandecientes) porque nadie le enseñó cuál es la respuesta. Por fin entiendo cuando me decías que mi mayor fuerza y mi mayor poder residen en mi oscuridad.

Creí caminar sobre una sima interminable. Pero me equivocaba. No hay abismos donde vivo.

Siglos de sombras, misterio y secretos me sostienen.

Imágenes: Los cimientos de la casa donde vivo. Ocultos a la mayoría. A mi alcance. Disculpad la mala calidad de las fotos, no muestran ni la mitad de la grandeza del sitio. Al día siguiente de conocerlo, alguien que no tenía ni idea de nada de esto me dijo: "Hay que bajar a las catacumbas antes de salir al foro". Todavía no sé qué pensar. O quizá sí.

52 comentarios:

carmen fulle dijo...

Paula, que maravilla tener esos cimientos bajo tu casa, que de vidas han circulado por ahí.
Yo vivo en una casa vieja, se construyó antes de los años 20 del siglo pasado, no existen planos en el Municipio. La he remoderado, pero no hay sótano donde poder descubrir y descifrar misterios. Sin embargo me tomó mucho tiempo querer vivir ahí, sentía otras presencias y no podía quererla, ahora nos llevamos bien mi casa y yo, las otras presencias se ausentaron y la dejaron libre, ahora entra mas el sol y no hay ruidos nocturnos entre sus muros. Ya no temo, ya no me niego.
Un abrazo
Carmen

Anónimo dijo...

Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. ahora debes construir los cimientos debajo de él.

Javier López Clemente dijo...

Contundente. Con la contundencia de las palabas bien escritas, con la fuerza de los posos, con la pulcritud del agua, con la contundencia de la vida. Contundente.

Bajar a las entrañas y enfrentarse con uno mismo, con las miserias que nos corroen, con las grandezas que nos endiosan, ese viaje al peligro del que sólo regresan los valientes y los sabios: Una mujer con agallas como tú.

No envidio los cimientos de tu casa, envidio la fortaleza que te dota de la pulsión de la escritura.

Salu2 Córneos, diosa.

Anónimo dijo...

Quizá hay que bajar a mirar dentro de uno mismo antes de mirar lo que hay fuera, entonces puede que al ver lo que tenemos dentro, seamos capaces de comprender lo que hay fuera y el porque.
Me encanta como escribes, despiertas mi imaginación y un mundo de reflexión y fantasía dentro de mí cabeza.
Un besito.

Mariano Zurdo dijo...

Hacía tiempo que no encontraba algo escrito que se hermanara también con las fotos que lo acompañan. Enhorabuena Paula, por descender y por contarlo tan bien.

Florecita dijo...

Paula... en estas últimas semanas ando muy quieta, y rescato sensaciones muy viejas de ese miedo que describes, de la sensación de hundirse en la propia casa, en mi caso mi alma... gracias por escribir y compartir la belleza de lo que te sostiene... (hoy me viene bien a mí)

Un abrazote!

Le Mosquito dijo...

Bajo mi casa, no sé lo que hay. Los cimientos están estimados en ocho siglos de antigüedad (diez letras para resumir lo desconocido: ocho siglos).
¿Has visto ya a tus fantasmas?
A los míos no les gustan las fotografías, si no...
:)

NoSurrender dijo...

las fotos son muy elocuentes, Paula. ¡Vives encima de una leyenda medieval!

Seguro que todas las vibraciones son positivas.

un beso.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

que maravilloso. es pura magia sincrónica.

ves que eres una hechicera?

besos amiga linda.

PAZ TRAVERSO dijo...

Tienes un territorio monacal que te contiene !!!! firme y solido !!!!!
Pensaba en tu relato y en el sentimiento del miedo , que dificil es describir el sentimeinto del temor y la angustia .
Lo haces tan bien !!!!!!!
Miles de cariños

El detective amaestrado dijo...

Vaya suerte vivir en una casa así. Ahora no me extraña tanto tu lucidez: es normal, contando con esa base en tu vida

maite dijo...

ayer te leí y no supe que decirte, vuelvo para darte mi aplauso y las gracias por escribir tan claro
un abrazo

Mandarina azul dijo...

Apabullante lo que has escrito, Paula.

En cuanto a las imágenes... nuestra ciudad esconde mucho. :)

Un beso.

Elena dijo...

¿Dónde encuentras la inspiración para escribir con tanta fuerza, Paula? Tus palabras desprenden una vitalidad fuera de lo común. Leerlas es como sumergirme en un mundo aparte, en el mundo que tú construyes con ellas. Y si tus cimientos son tan bellos como los de tu casa (me he quedado alucinada con las fotos), enhorabuena. Eres muy afortunada.

Un abrazo

AnaR dijo...

Hay una riqueza , evidente, que te sostiene y esos son tus pilares, veo , vislumbro.Aún en este texto maravilloso donde hay cierto aire de derrota. Pero dime ¿como se puede resurgír si antes no se desciende?

Magistral.Un abrazo

Francisco Ortiz dijo...

Las sombras que nos habitan necesitan luz a veces, quizá en la soledad. Buen texto, muy recordable. Un abrazo.

Osselin dijo...

Yo tambien tengo una casa muy antigua en Aragón. No menos de cuatro siglos (me gana le Mosquito)Es mucho más pequeña que la tuya pero lo que me ha impresionado más es el texto. Muy bien escrito y cercano puesto que yo he tenido que bajar varias veces a mis fundamentos, reforzarlos, reconocerlos y volver a subir.
Otros no tienen tanta suerte, decubren que su sotano esta inundado , se desesperan y se ahogan.

Humus dijo...

Miro silenciosamente las imposibles imágenes y mi mente gira neuróticamente buscando alguna referencia anterior.

Nada.

No hay registro de un sitio así bajo ninguna casa que conozca. Recuerdo las abadías Cátaras y las mazmorras de Peñíscola, las goteras de Sagunt y las ruinas de Medina Azhara.

Nada.

Aplasto la nariz contra la pantalla imaginando estar bajo tu casa y lo único que miro es el reflejo de la ventana de mi habitación que hoy estrena cortina muy blanca y muy transparente.

Paula. Me conmueven tus memorias subterráneas con olor de alquitrán y viejos mares salados, tus fantasmas de polvo invocados por cada peldaño, tus muros humanos cubiertos de humedad y tu corazón de colores imposibles.

Al bajar das vida a la paradoja nacida del delirio.

Te saludo y saludo a esos cimientos anchos y llenos de silencios, crujidos, murmullos, y suspiros...

Anónimo dijo...

Lo que nos sostiene erguidos e implacables siempre está atras, muy atrás en los anales del tiempo.
Un beso.

Ama de casa maldita dijo...

Tu casa si que es maravillosa. En la mía sólo hay neveras y cerveza para cualquier alcóholico que no tenga para un chato ese día....

Anónimo dijo...

No hay sima ampoco allá donde yo vivo, tan solo un sostener de la vida, un sostener contínuo y puramente regalado; un sostener admirable que me ha pasado mucho tiempo desapercibido

Y mucho tuvo que ver en ello el miedo a una inexistente sima que nunca existio

Anónimo dijo...

realmente viaje contigo , en tus imagenes y me vi revisando mis cimientos..y danzando mis sombras para resucitar y ver.

te paso mi blog que recien empiezo
http://tallerlosalquimistas.blogspot.com/

Tamaruca dijo...

Un castillo no sería tal si careciese de mazmorras.

Un besito fuerte, Paula :*

Olvido dijo...

Me pierdo en las sombras
que aguardan un sinfín de ideas rotas, lamentos que desbordan mi tempestad, susurros perdidos en cada esquina temblorosa... por huir de él,por aferrarme a cada luz que me desvíe, por esconderme de miedos que solo yo inventé.

A oscuras en la luz...
Deslumbrada por las sombras...
Besos
Olvido

Anónimo dijo...

siempre se debe bajar a las catacumbas ..

besotes

Paula dijo...

Carmen, reconciliarse con la casa es algo realmente importante. Más de lo que parece. Me alegra saber que te has reconciliado con la tuya. un abrazo

Itoitz, me gusta este comentario. Me deja reflexiva. Y mucho.

Javier, qué gusto me da tenerte por aquí, no te puedes ni imaginar. Con colores y todo, siempre es un placer recibirte. Esta es tu casa, ya sabes.

Merche, yo cada vez tengo más claro que lo de fuera es un reflejo de lo de dentro, no hay otra...

Mariano, es dificil hacer honor a semejante legado, es dificil expresar lo que sentí cuando descendí por esas escaleras de piedra y me encontré con esos muros. Un abrazo

Paula dijo...

florecita, todos tenemos muros que nos sostienen, si no, ¿cómo podríamos estar en pie? Un abrazo, y ojalá tus miedos pasen pronto

Le mosquito, yo con mis fantasmas, me llevo un trajínnnnn... EStos tampoco se dejan fotografiar, pero a veces me miran como si me estuvieran haciendo radiografías. Seguro que sabes a qué me refiero. Por no hablarte de cuando se ponen juguetones, o cuando les da por esconderme cosas, o por darme sustos. Algún día los voy a tener que poner firmes. Un abrazo

Nosurrender, no sólo es que haya vibraciones positivas, que las hay, es el silencio abrumador de las noches, y el sonido, a veces, de la lluvia que se percibe casi con eco... Un beso para ti también.

Gonzalo, me alegra que te guste. Un abrazo

Paz traverso, sí, no me extraña ahora tanto que me fascinen los monasterios, las abadías, los claustros... en fin. Un abrazo

Paula dijo...

Detective, tengo una pregunta para ti. Ojalá no se quede en el aire, porque me interesa, y mucho, conocer la respuesta... ¿por qué te extrañaba tanto mi lucidez?

Maite, mil gracias por seguir ahí. ¿Cómo estás, guapa? Un abrazo

Mandarina azul, nuestra ciudad es una ciudad de capas. Yo siempre me había quedado con lo más superficial de ella. Este año estoy empezando a descubrir sus tesoros ocultos, y estoy alucinando... ¡¡¡qué maravilla!!!

Elena... ¿de dónde saco mis fuerzas? No tengo ni idea. pero ni puñetera idea. A veces, ser fuerte es una cruz, eso sí puedo asegurártelo. pero no renuncio en absoluto a ello. Un abrazo

Ana r, en todo lo que vive hay un aire de derrota, puesto que cada instante que se va ya no vuelve, y cada instante que viene ha de ser conquistado... tremenda batalla la nuestra. Un abrazo

Paula dijo...

Francisco, no hay otra manera para iluminar nuestras sombras que la soledad. Sólo ahí tenemos la fuerza suficiente... Un abrazo

Osselin, descubrir un sótano inundado debe ser duro, sí, pero no descubrirlo, creo que aún lo es más. Mil gracias por tus palabras, y por tus imágenes.

Humus, me ha impresionado tu comentario. Creo que el centro de esta ciudad está lleno de lugares así, de laberintos que unen el Pilar con otras iglesias, de zonas de paso, de capas y capas superpuestas desde la época de los iberos. Imagina qué riqueza... Un abrazo

Gregorio, tienes razón, está atrás, muy atrás, pero también está presente. Reactualizado. Un abrazo

Puerca... anda calla, que yo la he visto y está fenomenal. Cualquier día de estos me paso yo a por mi dosis de alcohol, y nos echamos unas risas, maja...

Paula dijo...

Amigoplantas, bienvenido. Interesante tu reflexión. Cuantas veces nos asustamos de fantasmas que no existen... ¿verdad?

Andrea, bienvenida al mundo de los blogs¡¡¡ Espero que lo disfrutes al menos tanto como lo disfruto yo... ¡¡¡un abrazo!!

Tamaruca, qué razón tienes, guapa. Un abrazo desde las calles de tu ciudad...

Olvido, tu comentario sencillamente me deja sin palabras. Así que me quedo en silencio, y te envío un abrazo

Hôichi, siempre no, menudo trajín... sólo de vez en cuando ¿vale? un besito

Letra dijo...

Has definido al miedo de una manera tan clara que hasta creí reconocer el mío propio en tus palabras.
Gracias por iluminar mis miedos.
Un beso

Isabel Burriel dijo...

Coño, y ¿donde vives? ¿en un palacio? Qué chulos, los cimientos. No me extraña que te hayan inspirado este texto.

Anónimo dijo...

Es que cuando ellos existen de verdad... son tan poquita cosa

Breo Tosar dijo...

wow

Alyxandria Faderland dijo...

Moriria por vivir en un edificio asi!!!! Que belleza!

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Vengo un ratito a saludarete y dejarte un pensamiento.

Hundo mis manos en el fondo bello de tus letras y me pierdo buscando como hallarte.

Recorro el abismo flotando en sensaciones y tu alma me llega florecida;
te detecto y mi nervio enloquecido te abraza y te bendice felíz de haberte hallado

Recibe un beso en tu alma.

Mercedes dijo...

Lo que relatas es como llegar a entrar en nuestro incosciente, pasear por sus sitios mas ocultos y poder salir gloriosos. Pero bellisimamente contado.un abrazo.

Unknown dijo...

Me quedo con al última frase: "hay que bajar a las catacumbas antes de salir al foro"... unos magníficos cimientos son, evidentemente, la base para construir un grandioso edificio en la superficie...

Lo de fuera, se sustenta en lo de dentro... no hay otra posibilidad...

Siempre, siempre es así... tanto en la arquitectura como en la vida...

Un abrazo...

Luisamiñana dijo...

Hoy estoy un poco cansada para ni siquiera intentar corresponder un poco a la altura de tu texto. No hay mucho que añadir: siglos de silencios, de misterios, de abismos nos sostienen cerca de la luz, y sí hay que bajar a las catacumbas antes de salir al foro, salgas en calidad de lo que salgas.

Un beso.

Paula dijo...

letra de mujer, es lo que tiene el miedo, que es universal, y a la vez único...

La interrogación, no es un palacio, aunque sí es un edificio del siglo XIX restaurado del centro. Lo interesante es que está construido en una zona donde los cimientos son muchísimo más antiguos, muy cerca del Pilar, y de LaSeo, catedral cuya primera construcción se remonta a la época de los íberos...

Amigoplantas, hay fantasmas que yo no diría que son poquita cosa...

Breo Tosar, ya sé de qué hablas, ya...

Lady Zurikat, pero no te mueras mujer, que entonces ya no puedes vivir en ningún sitio...

Paula dijo...

Gerardo, leo y releo tu comentario, y sencillamente, no sé qué decir. Me sobrepasa.

María, me gusta que te guste. Y mucho.

Delokos, en realidad, esa es la mejor frase de la entrada. En esa frase me apoyé para escribir todo el texto. Esas son las palabras que resumen y concretan lo que quería trasmitir. Como siempre, certero. Un abrazo

Luisa, no es necesario que digas nada, para mí es un placer enorme que te pasees por aquí, y simplemente, me saludes. A ver para cuándo un café real... Un abrazo

Álvaro B. Pérez dijo...

Me encanta, como siempre.

Un Abrazo.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

No hay abismos donde vivo.
**++*********+++++

Se nota....
No vives cerca de los abismos,...
Se nota, a lo lejos.


Sos increíble! :)
Vuelos de pájaro y este beso.

Clarice Baricco dijo...

Querida Paula:

Esta noche de gran saudade cuanto desearía estar escuchándote.
Debo conformarme con leerte y quedarme callada.

Mi cariño agradecido,

Isabel Barceló Chico dijo...

Maravilloso, paula. Tu post no tiene desperdicio, es hermoso y humano y esperanzador. Y, sobre todo, cierto. Nos sostienen los milenios. Ese sótano de tu casa es precioso y limpio. Besos, querida amiga.

rocío dijo...

Madremía! Está genial!!! A parte del texto, que como siempre te quedas todas las palabras tu, als usas y nos dejas a los demás sin más que decirte... pero es que además las imágenes son espectaculares! Supongo que cada uno tira pa lo suyo, jejej, porque yo de tener esos cimientos en mi casa estaría abierto a todas horas con exposiciones de cuadros! Una galería de arte a lo grande!!! :)

Besitos Paula

MentesSueltas dijo...

Hola, sin mucho tiempo, pasaba a saludar y dejar mi cariño.
MentesSueltas

Arcángel Mirón dijo...

No deja de ser tranquilizante el tener bajo los pies tanta historia. Más al saber que el futuro lo moldearemos nosotros.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

Mañana , cuando tomes desayuno, imagina que una manos tapan tus ojos.

Imagina que te abrazo, que compartimos un café con leche, que caminamos por calles empedradas y por laberintos subterráneos.

Siempre riendo, en silencio, hablando, enlazados de almas.

Fernando dijo...

Tú eres siempre la mano que sujeta tus miedos y silencios...un beso Paula.

Lis dijo...

quizás el sus to es mirar-se, quizas descender es ir a lo profundo, dónde desciende un árbol si no a sus raíces?

cariños de día frio,

Anónimo dijo...

Sano ejercicio descender hasta uno mismo, y mirarse.