26 enero 2008

Moriré de pena cualquier tarde

Las palabras fueron avispas
y las calles como dunas
cuando aún te espero llegar
En un ataúd guardo tu tacto...

La chispa adecuada
Héroes del silencio


Moriré de pena cualquier tarde
dejando la casa recogida y el telón bajado
Vendrán a buscarme
en un carro de luz y oro mis ancestros
envueltos en guirnaldas de resplandeciente amanecer
para llevarme entre cánticos
al lugar donde no habré de sentir las ausencias
como puñales de fuego
ardiendo en mi corazón

Celebrad una fiesta cuando me haya ido
decid que era buena inventando cuentos
y que las lágrimas que ignorábais
siempre estuvieron de más

No habrá de importarme

Dicen que el cielo es en verdad un desierto
hecho de abismos donde se precipitan los sueños
en una caída sin fin
para aquellos que amamos con desmesura
con el acelerador apretado y las manos abiertas
y quisimos ver más allá del escenario

Quizá en el olvido esté la salvación

Brindad por mí en ese tiempo
con el ánimo resuelto y el honor intacto,
que el amor, las pieles, y las infinitas noches
con el guión en blanco
me los llevo yo

Moriré de pena cualquier tarde...



Imagen: O. REDON. Ofelia. 1900-05. Pastel sobre papel y cartón. Ya sabes, todo arde si le aplicas la chispa adecuada.

20 enero 2008

Esto está muerto, cariño

La canción que el viento silba de noche
nunca escalará la listas de éxitos:
llegar para marcharse en el aire
siempre es un fracaso
Jesús Jiménez


Cae el tiempo sobre nosotros
como los bloques de hielo
que rompen la tierra

Ahora hay que programarlo todo
hacer hueco en la agenda.
Concretar la manera, el día, el lugar
y confiar en que no surgirán imprevistos

Nos absorbe la vida, o quizá la muerte
con un tornado que no vimos llegar

Ya no recorremos las calles
en aquel coche viejo
a las tres de la mañana
con las ventanillas abiertas
y la música ensordeciendo el corazón
Nos tragábamos la ciudad (¿recuerdas?)
el ron y las salivas sin darnos cuenta
de que siempre hay una grúa
dispuesta a cambiar el pavimento

Me pregunto dónde perdimos
la improvisación
Dónde nos abandonó lo espontáneo
lo que surgía sin más

Hoy pedimos permiso al pasado
para podernos mirar a la cara
Escuchamos el ronco lamento
de las heridas que nos gobiernan
y cuestionamos el presente a su trasluz

¿Cómo pudimos dejarnos vencer así?

¿Cómo?



Imagen: R.MAGRITTE. Eternidad.1935.

07 enero 2008

Arbol genealógico, de Elena Medel

La poesía sana. Entra en las venas y altera la circulación. Llega al corazón, lo convulsiona y le recuerda que, si late, es porque está vivo. Deberíamos leer más poesía. A Elena Medel, a Luis Cernuda, a Manuel Vilas, a Rimbaud, a Jesús Jiménez, a Garcilaso de la Vega... Definitivamente, creo que todo sería distinto si leyéramos más poesía. En voz alta, para que el corazón escuche. Bien o mal, qué importa, las palabras se encargan de devolvernos la vida, de reintroducirnos de nuevo en el fluir cotidiano, en el hechizo de ese profundo mar en el que navegamos, naufragamos, y somos rescatados una y otra vez por las firmes y rotundas manos de una presencia que nos niega, desde un abismo imposible y certero, su rostro. Si es que existe.
Y seguimos vivos.
Porque de eso se trata... ¿no? De estar vivos.

Gracias Javier, deseando estoy grabar el siguiente.





Video: Cuando escuché a Javier recitar el poema "Alfonsina Storni se arroja al océano" de Jesús Jiménez, literalmente me retorcí de envidia. Me faltó tiempo para escribirle un correo y pedirle repetir la experiencia, esta vez, recitando yo. Dicho y hecho, buscamos el momento, y fue, no sólo sencillo (ay, la ignorancia del principiante), sino divertido. De ese día salió el montaje de las 21 tomas falsas, y este poema de Elena Medel, con el que tanto me identifico y que tanto me gusta.