Las manos de mi madre tejen una canción y por la noche se convierte en nana. Dulce nana para el niño que está por nacer, el que aún es futuro, el que aún revolotea, esperando ser gestado, por las nubes de la ciudad, amasando con sus manitas soñadas el pan que ha de traer.
Las manos de mi madre se arrugaron de tanto trabajar, de tanto peso cargado, de tanto limpiar lentejas. De abanicar sueños que se rompieron como un frágil cristal, de hacer una cama ausente cada amanecer. De coser esperanzas con retales zurcidos de un ayer que no llegó. Y de servir vinos para la amargura ajena.
Las manos de mi madre se rompieron por varios sitios, y tuvieron que escayolarle el alma para que se quedara quieta y le pudieran soldar los huesos. El alma nunca le terminó de soldar, y ahora, cuando camina, se escucha cantar una aldaba ronca y áspera que la acompaña y la protege y por eso parece que la preceden los ángeles.
Y se hace el silencio a su paso.
Las manos de mi madre alimentan a las palomas, todos los días del año. Y las palomas la siguen por la calle. Asi que cuando veáis una mujer caminando, con una nube de palomas revoloteando a su alrededor, y comiendo de su mano, no lo dudéis es ella. Decidle que me conocéis, vais a ver qué sonrisa. Como un primor.
Y cuando llega a casa prepara comida para todo el barrio, por si alguien se quiere pasar a comer. Y manda frascos de pimientos asados, y de boquerones en vinagre, y de mermelada de melocotón. Y si la visitas te da manzanas, y peras, y calabacines, y un cogollo de Tudela, que son los mejores. Y le canta una canción a la gata, y entonces se anima el canario, si, el que rescató de la calle, y las campanas de su alma suenan y los ángeles se animan y el barrio de las delicias se convierte en un concierto de Carmina Burana en directo.
Las manos de mi madre, aún hoy, después de tanto, siguen en la batalla. Y se agarran fuerte al bolso que le quieren robar, y prefiere caer al suelo que ceder, y cuando ya la han arrastrado dos metros, entonces reconoce su debilidad, y sea por siempre maldito el malnacido que arrastra viejitas por 50 euros. Caiga sobre él la cólera de los dioses, y un gigante que lo arrastre por el suelo para quitarle su más amada posesión: la fe de estar a salvo.
Pero las manos de mi madre no se rinden, y siguen tejiendo una canción. Para que los sueños no mueran de desesperanza, ni de silencio. Y en sus frascos de conserva, entre sus caricias de muñecas rotas, se esconde un duende. Y una ilusión. Y una trama de soledad vencida y viejos dolores que cronificaron al crecer. Y que ahondan las huellas, y ese camino que no puede evitar recorrer.
Las manos de mi madre me anticipan.
Y estoy aprendiendo a tejer canciones.
17 octubre 2006
Las manos de mi madre
Publicado por Paula a las 1:33 p. m.
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32 comentarios:
"un duende enlos frascos de conservas"
Quien pudiera comérselo, y quedarse con un cachito del alma de tu vieja en un pimiento, y saborearlo, que se sienta el sabor al ají picantón y delicado, y se meta en mi propia alma para mezclarse con el deseo de oir tu voz desconocida, y una carcajada en canon, vos tu vieja y yo... en una mesa con manteles de hule y platos desparejos, y un huevo frito o dos en ellos con un trozo de pan tibio para comerlo encima con una pizca de sal y de pimienta, y un sol de otoño haciéndote brillar el único ojo que te tengo visto. Pero que tengo serios planes de descubrir al compañero, y el resto de tu mirada...
con la musica de fondo de tu vieja en si bemol y la nuestra en fa sostenido.
Cielos, que no daría yo porque mis hijos me sintiesen así!
¡Que suerte teneis de vivirlo!
Paula, que divino!!!!!!!!
Hermoso, hermoso, hermoso.
Un beso de Rio,
Te pongo allá en los enlaces para que otros veans tus letras....
Precioso!!!...
¿Y tu madre, lo ha leído?...
Dudo que le puedas hacer un regalo que le guste más...
Un saludo...
sin palabras...besos!!!
me parece que es precioso.. me parece que me recuerda a mi abuela y a mi madre en parte también... me parece que me ha encantado leer esto...
y que escribes genial..
besos paula
(con respecto a mis textos, creo que lo proximo que pondré será una pequeña explicación del por qué escribo eso, creo que se pueden confundir con textos eróticos o algo así, y no es mi intención...)
si si, regálaselo a tu madre... se llenará de orgullo... y de sonrisas... no hay nada como una madre, y nada como una hija que se lo recuerda.
Que maravillosa madre tenés Paula...sos muy afortunada. Un abrazo para las dos.
Precioso homenaje el que le has hecho. Las madres, nunca suficientemente reconocidas, merecen todo, por lo que dan, sin esperar nada a cambio.
Abrazos.
tu madre debe estar disfrutando de la gran mujer q llegó a criar...un placer estar aqui, besos su, volveré
Hola Andy, pues sí, es cierto, entre los frascos de conserva de mi madre habita un duende... no podía ser de otra manera
Lamima, por lo poco que te conozco dudo mucho que tus hijos no sientan un amor y una veneración absolutas hacia ti. El tiempo me dará la razón. Un besazo
Mauricio, mil gracias por el link, que bueno saber que recibo comentarios de tierras tan bellas y lejanas. Un beso para ti también.
Delokos, yo creo que el mejor regalo ahora para una madre es el tiempo que les dedicamos a acompañarlas. Yo en eso ando un poco escasa, a ver si puedo arreglarlo...
Maite, yo también te mando besos
Dopel-dobel, si te ha recordado a las mujeres de tu familia, me parece un logro. Y agradezco que lo compartas conmigo. Respecto a tus textos, no tienes ni que justificarlos ni que explicarlos, a mi parecen de una frescura impresionante, y me encantan. Ya lo sabes.
Patus, supongo que llega un momento en la vida en que uno deja de revelarse y empieza a valorar. Y sí, soy muy afortunada.
Hugo, mi madre, supongo que como la mayoría de las madres, se merece un homenaje diario. La pena es que solo me acuerdo muy de vez en cuando.
Susana, supongo que le gustaría disfrutarme más, en fin, hacemos lo que podemos. Bienvenida, por cierto
Besos y abrazos a todos
Que hermoso hablar así de tu madre...A mí me costaría mucho hablar de la mía, no encontraría palabras tan valientes y bien ubicadas como las tuyas
Directo al corazón...
Tremendamente estremecedor...
Genial, directo a los sentidos.
Saludos.
aquellas manos merecen un baño de caricias; el contacto de una flor roja, la presencia de la luz.
Muy bellas deben ser las manos de su madre.
Bello texto.
Paula: me dejas sin habla. Supongo que tu madre estará muy orgullosa de ti. Me ha gustado mucho el texto, y también la foto (por cierto, ¿por qué has cambiado la de tu perfil? La actual es muy bonita, pero la otra me hacía mucha gracia)
Delicioso texto, difícil poder agregar algo a lo ya dicho
Saludos
espero que tu mami lo haya leido es un hermoso poema!!! ese tio de cosas a las mamas las hacen felices aunque tambine que nos portemos bien vdd???
saludos y besos
Mi madre también prepara conservas en botes.
Tu poema me la ha recordado.
¡Que bonito!gdp
Precioso el texto, preciosas las manos de tu madre.
Hola Paula.
Cuando me dijiste que tenías pensado escribir sobre las manos de tu madre... madre mía que texto!
He venido varias veces hasta que me he decidido a colocar aqui mis letras y lanzar un petición:
¿Para cuando un monumento a las mujeres que levantaron este país hace cincuenta años y siguen en la brecha para darnos una lección de dignidad?
Detective, la valentía no tiene mucho que ver conmigo en este caso, más bien todo lo contrario. Hablo del cine, de lo que estudio, de lo que me molesta, de lo que me gusta, y al final, de mis raices. Porque sí, de esas manos, y de otras, nací yo. No es nada valiente. Más bien, una deuda.
Jose Manuel, si, es directo, como ella.
Aperfectcircle, sabes, a mí me estremece la escena en la que le roban el bolso y no lo suelta. Por sus narices. Yo no tendría valor.
Gonzalo, si, esas manos merecen muchas, muchas cosas, más de lo que tienen...
Y sí, Leo, son bien bonitas. Bien arrugadas, bien trabajadas, bien finas. Y muy tiernas...
Memento, he cambiado la del perfil, porque, reconócelo, era mala mala la foto. Esta me gusta mucho, y además la hice yo... ¡y no me salió movida!!!
Jose Antonio, podria hablarte de ella durante horas...
Axel, no lo dudes. A mi madre le gusta mil veces mas que la vaya a ver que tanta palabrería...
Maui, hay tantas madres como la mia, tantas...
Vita, si, son preciosas, tan finas...
Javier, estoy contigo. Este país lo levantaron estas mujeres que continuan en pie, con esa mirada ingenua de niña que va al colegio por primera vez a conocer todos los libros nuevos. Las grandes olvidadas ahora. En fin, así va el mundo...
Precioso homenaje, precioso...
Hola Paula, cómo todo lo que escribes me ha encantado. Yo hago muchas cosas por mi madre, pero nunca podría escribirle algo así. Me parece valiente.
Besos. Mª Jesús
Vaya cosa bonita de texto... Es cierto que las manos de las madres tienen el don especial de hacerlo todo cercano, de arropar cada cosa que sujetan con tanto cariño.... Espero que tu mami pueda leer esto, o que se lo leas tu... Comentarios incluidos, y puedas darle un besillo también de nuestra parte...
Tb pa ti, un saludo Paula :)
Uno de esos textos que dan sentido a los blogs. Te felicito y te aplaudo.
Hola desconvencida, me alegro de que te gustara...
Mª Jesús, qué bueno, al final has dejado un comentario, mil gracias
Rocío, está hecho, le daré un besillo de vuestra parte, bien grande y hermoso
Francisco, gracias por el comentario, ufff, gracias.
Querida Paula, este texto me ha emocionado tanto que no he podido evitar llamar a mi madre a mi cuarto y leérselo en voz alta... es precioso, te lo digo de corazón.
Yo adoro a mi madre, somos uña y carne y precisamente las manos en ella son muy importantes. Toda la vida ha sido carnicera y las tiene destrozadas pues desde hace unos años tiene artritis... tu texto nos ha encantado a las dos.
Muchos besos, Paulita, tu blog es de mis preferidos, de verdad.
hola, piececitos
las manos de mi madre también están bastante destrozadas por la artrosis
me llegan al corazón tus palabras, me llegan
Y me alegra que compartieras el texto con tu madre, no sabes cuánto
Un besazo
Hermoso. No se qué más puedo decir.
No digas nada, no es necesario, gracias por la visita
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