26 diciembre 2006

La despensa

Tengo un wok con tapa y asas metálicas, una sartén asadora nueva y un horno con tantos botones que no sé si voy a saber utilizar. Hoy por hoy, lo empleo para guardar los moldes de los dulces que hace tiempo tampoco cocino.

Me compré una vajilla blanca cuadrada, de esas que lucen cualquier exquisitez, unas tazas transparentes como las de los capuchinos del Mombasa, y un lavavajillas que deleita mis siestas con su ronca canción. Nunca imaginé que un abrillantador pudiera borrar tus huellas de esta manera.

Ya he llenado los cajones de abajo del combi de comida para más de un mes. Lástima que los paquetes ahora son individuales y da la sensación de que la cosa va para largo. De vez en cuando cojo el carro de la compra, me disfrazo de tiempo y me acerco al mercado, y me llevo las gambas rojas por kilos, por si algún día tengo que celebrar algún acontecimiento interesante... volver a leer al ritmo de antes, sin ir más lejos, sería un buen ejemplo. Ya sabes, de tanto regar la esperanza, parece que no ha muerto, simplemente, descansa. Igual la hice trabajar a destajo los últimos meses y ahora está exhausta y para pocos trotes.

La batidora de vaso me espera, la verdad es que luce mucho en la cocina, aunque no sé si era necesario comprarla para adornar. A veces la oigo llamarme como en un susurro, y ya no sé si confundo su voz con los trailers de las películas de miedo que de vez en cuando se asoman por mi ordenador o efectivamente me está pidiendo un gesto por mi parte. Y le presto atención, de veras que es así, pero no tengo ni idea de cómo hacía los batidos, ni las cremas, ni los purés. Recuerdo que me gustaba mucho el yogur con frutas, pero que yo sepa, no es necesario una batidora para esto. Para ser sincera no tengo ni puñetera idea de en qué estaba pensando el día que compré la batidora. Supongo que inconscientemente quería digerir triturado lo que se me estaba atragantando en ese momento. Pero ni aún con esas.


La despensa está llena. Dispone de múltiples harinas, levaduras naturales y artificiales, leche de distintos cereales, conservas hechas por mí cuando aún tenía deseos de conservar algo, y conservas compradas en hipermercados, que te solucionan una cena en un instante. Siempre y cuando tenga ganas de cenar, claro. Dispone también de alguna que otra botella de vino, de estas de reserva que dicen que son las mejores, con aroma y con cuerpo, por si algún día, como decía antes, tengo que descongelar las gambas rojas, y celebrar algo. Y cómo no, aún con el precinto de seguridad sin quitar, vuelvo a tener mi recopilación de las mil y una especia, no sólo para contar cuentos que evoquen los faros lejanos del fin del mundo, sino para impregnar de aromas una cocina que sigue sin estrenar. Y la esencia de azahar, y la vainilla, para esas galletas moldeadas a mano que hasta yo echo de menos.

Me compré una colección de paños nuevos, y un delantal que es un primor. Instalé la cafetera, y el café, gracias a Dios y a mi determinación en hacerlo, que una no se encuentra el café hecho por más que rece, cosa que además, no acostumbro, sigue impulsando mis amaneceres y trayéndome el sabor de promesas que quién sabe si están cercanas. Algunos días lo acompaño con tostadas. Y suenan las variaciones de Goldberg y casi casi, recupero mis ganas de cocinar.

Pero mi último guiso se quemó a fuego lento

Y todavía huele la ciudad a incendio.

Imagen: la alacena, de Botero

21 comentarios:

Florecita dijo...

... la despensa llena... el corazón también... yo por aquí con 4 platos... pocas cosas... las transiciones... el no querer tener nada aquí en este lugar para que el desapego sea menos doloroso... ya casi casi se cierra una puerta... se abre otra... esperar, con paciencia el dichoso papel... las alas... la despensa llenas de colores... un abrazo...

Gonzalo Villar Bordones dijo...

hermoso. como la cocina de una mujer que sueña.

es una elegante manera de abordar la soledad.

Las imágenes de la comida hablan con la voz del hogar.

Lis dijo...

cambian los detalles...cambia la vida...no cambia tu calidez, el olor a café de tu cocina, las ganas de compartir la vida...
las cosas en definitiva que nos acercan y nos hermanan

abrazo cariñoso con aroma a café..

Le Mosquito dijo...

Ya sabes, de tanto regar la esperanza, parece que no ha muerto, simplemente, descansa. Igual la hice trabajar a destajo los últimos meses y ahora está exhausta y para pocos trotes.

Ja, ja, ja... Tu sentido del humos parece intacto, y eso me alegra y despierta el mío. Si ahora te digo que drenes las raíces, lo mismo vas y me liquidas (jues). Lo mismo, con tantas aguas, esas raíces se han echado a perder.
Muchos besos, Paula. Voy un poquito más abajo, a leer unos Instantes.
(Hasta después de "reyes" no actualizo, ni me meto en la red).
Más besos.

Olvido dijo...

Como la cancion de Dresler todo cambia todo se transforma...
Amiga... prepare un mensaje en nombre de esta amistad que surgio a traves de nuestras pantallas, y luego de leer tu post creo que es como si lo hubiera escrito particularmente para ti...
Mucha fuerza para este nuevo cambio que empezo en tu vida...

Mi Mensaje de amistad para el 2007!!!

NO CORRAS NI TE DETENGAS.

Que tu paso por la vida sea normal, seguro, confiado.

No corras ni te detengas, lleva más bien un ritmo de progreso y esperanza.

Camina con otros, comparte, pero no pierdas de vista la meta que quieres alcanzar.

No te desanimes si el camino es largo...

Si no te paras, llegarás!!!!!

"NO TEMAS IR DESPACIO, TEME NO AVANZAR"

Amiga !!!.... mi deseo es que tengas un hermoso año 2007,
lleno de dicha y prosperidad.
Que la fortaleza del espíritu sea nuestra guía
en los momentos difíciles que nos toque vivir,
si hay lágrimas que sean para limpiar el dolor
y tristezas de nuestros corazones
y que nuestras risas le den ese brillo especial de luz a la vida.
Un fuerte abrazo y gracias por tu mensaje de amor y amistad en Noche Buena...
cuentas con mi amistad este año y todos los que me queden.
Desde este pequeño pedazo de tierra llamado "URUGUAY"
Te quiero mucho:
Olvido

Clarice Baricco dijo...

Saboreado tu escrito de Instantes y sigo disfruntando tu Despensa.
He traido el café que producen estas tierras, para que tu Despensa y cada uno de tus Instantes estén siempre llenos de su aroma, y los colores con tus ojos los pintarás.

Hoy y Siempre te deseo bendiciones a granel.
Un 2007 te espera espectacular.

Un placer tenerte y recibirlo con tus manos.

Abrazos

Javier López Clemente dijo...

Al sur de la ciudad huele a café y a tostadas. Muchos estamos como la batidora: Esperando. Esperando a que los guisos regresen a tus manos y a esta bitácora.

Tomaré un capuchino en el Mombasa (aunque su excesiva decoración me abruma, ¿aún esta el rinoceronte a tamaño natural instalado en la entrada?

Salu2 Córneos.

El detective amaestrado dijo...

Tengo ganas de que empieces a cocinar...sé lo que significa para tí...
Será una maravilla ser tu comensal, el vino lo pongo yo

El detective amaestrado dijo...

oye, y que bien, cuanto me gusta que estés con uno de los mejores libros que he leído en mi vida...yo estoy con ganas de volver a releerlo.No sólo dio nombre a mi blog, me abrió la puerta de un millón de armarios

Anónimo dijo...

hacia demasiado tiempo que no paseaba por aqui... y.... he leido desconsuelo...
yo tengo que fregar los platos...a mano...siempre se me cae alguna taza al suelo... y ... crash! rompe la monotonia. no sé que quiero decirte.. supongo que nada.. cojo una copa... y quizás brindo... y no sé... salud!

un abrazo.

Txe Peligro dijo...

esa minuciosidad da ganas de ponerse a cocinar. Tenga cuidado con los humos.

Saludos

Paula dijo...

florecita... este año te llegará el papel, ya verás, y podrás llenar otra despensa, en otra tierra. Un abrazo

Gonzalo, es cierto que el sabor del hogar se desprende de la cocina, del olor del pan recién hecho, de los guisos, del café...

lis, qué cercana te siento... Cualquier día compartimos un café y una historia

Le mosquito, disfruta mucho de tus vacaciones, y de tu mosquita. Nos vemos en breve

Olvido, no sabes hasta qué punto me sobrecoge tu manera de acercarte a mí, y de acompañarme. Mil abrazos, cargados del mejor cariño. Yo también te deseo lo mejor en este nuevo año

Claricce, ¿has traido café? Anda, ven, que vamos a saborearlo

Javier, cualquier día de estos me arranco con la cocina. De momento, tengo ingredientes ya a la espera. Y como sigamos recorriendo los mismos bares, un día de estos nos vamos a encontrar... Y sí, el mombasa mantiene el rinoceronte en la entrada. (Tienes razón, tiene mucha decoración, pero es que hacen unos capuchinosssssssssss... y ni te cuento el chocolate caliente que ponen, uffff)

Detective, ¿qué te parecería empezar con un guacamole y con un pan amasado a mano? Aún tenemos que hacer ese concurso de poemas...

Dopel-dobel, cómo me alegra volverte a ver por aquí... No tienes que decir nada. Sólo con venir a verme, ya recibo un regalo

Txe... ¿estás ya cocinando?


Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Hola Paula
Es un texto fantástico.
A mí me ha dado una sensación muy cálida, es como muy tuyo. Ers la única mujer que conocozco con los ojos en los dedos y el corazón en la sonrisa.
Saludos.

pazzos dijo...

Lo siento por las buenas intenciones de los demás pero soy un desalmado y vengo dispuesto a saquearte la despensa, de momento me llevo las gambas y el vino. La batidora también te la tomo prestada pero, ¿podrías decirme donde has escondido el jabugo?

Un abrazo (lo gorrón no quita lo cariñoso)

laonza dijo...

Seguro que poco a poco tu cocina será el rincón de la casa más visitado, llenos de carcajadas, llantos y cuentos de otros... la cocina da el calor del hogar, la comida que se ofrecerá allí llegará al alma y la gente se irá satisfecha...y ati... más que llena!
besos

Anónimo dijo...

Deseo que este cierre de año sea el mejor y que este nuevo año el ciclo que inicia se de la paz espiritual para lograr tus propósitos.

Un abrazo feliz año.

carmen fulle dijo...

Paulita, tan sencillamente profunda en tus textos, tan mujer de este siglo. Pensaré que estoy en Zaragoza, en tu cocina y en tu compañia, asombrada de tanta amistad.
Un abrazo, hoy estoy de cumpleaños y aunque las fechas a mi no me inquietan la vida, me gustaria que me visitaras, nos tomaremos un kir royal al atardecer con algunas amigas.
Te espero
Carmen

Arcángel Mirón dijo...

Me dieron ganas de comer.

Y eso de "y todavía huele la ciudad a incendio" me dio ganas de que llueva una de esas lluvias de truenos y calma.

(Leí en tu perfil que te gusta Goyeneche... a mi también; nadie canta el tango como él).

Anónimo dijo...

Dice que todo es cuestión de práctica. Y yo miro a Arguiñano que por lo visto es un entendido en estos temas y veo como todo lo arregla a golpe de perejil, y sé que quiero ser un inexperto toda mi vida.

Paula dijo...

Ay Reyes, qué cosas me dices...
que empieces el año sin un nudo, no creo que pueda desearte algo mejor

Pazzos, ¿dónde va a estar el jabugo? Pues en la despensa, envuelto en un paño... mira que no verlo. Y devuélveme la batidora cuando termines con ella, que aunque no la use (de momento), la echo de menos.

Laonza, seguro que eso va a ser así en poco tiempo, seguro

Ixchel, mil gracias por tus deseos, yo también te deseo un feliz año, cómo no...

Carmen, a mí también me gustaría visitarte, y disfrutar a tu lado de una de tus exposiciones. Cuenta con ese café, con mil cafés, y gracias por tu invitación. Es un honor...

Arcángel... si te entró apetito, come, y disfruta de la comida. Mil gracias por tu visita
y sí, nadie canta los tangos como goyeneche, ese desgarro en la voz...

un abrazo a todos, y feliz año

Paula dijo...

Vacío, a mí lo que más me gusta de Arguiñano, además de que sus platos salen siempre, es la felicidad que trasmite.

Feliz año y gracias por tu visita