06 enero 2007

Regalo de reyes

Los Reyes Magos recogen sus carrozas, las pliegan sobre la mesa de los panes que han de amasarse y las archivan en el cielo de los perdidos para que pasen inadvertidas. De niña, o quizá ya no tan de niña, no me convencía que los reyes pudieran hacer una travesía por el desierto en carrozas. Demasiada arena y demasiados pocos caminos. Y demasiado traje brillante para un viaje tan incómodo. Pensaba yo.

Han visto unos camellos retozando en Uzbekistan, cerca de la frontera, y nadie sabe cómo han llegado hasta allí. Aún tienen polvo de estrellas entre sus pezuñas. Y escondidos entre sus alforjas los peluches de los niños que no saben escribir sus cartas porque tienen que cumplir con su jornada laboral que coincide con las horas de sol. Si quieren comer. No les quitará el sueño el tener que elegir entre tantos juguetes que bombardean sus ojos ante el televisor. A ellos ya les bombardearon el alma, y el futuro, y no tienen televisión. Y cuando rescaten su osito de entre las piedras, mirarán a su alrededor y buscarán una respuesta, y sólo verán unos extraños camellos, que nadie sabe cómo han llegado hasta allí, retozando bajo el sol. Y unas campanillas tintinearán en el cielo, y por un instante, estos niños serán niños, y el mundo volverá a ser un lugar habitable.

Hoy las calles, las calles de asfalto donde las tiendas abren hasta el final para los rezagados, las calles donde casi nadie pasa hambre, las calles que ya no recuerdan que muchos siglos atrás también fueron un desierto, y después unas ruinas, y después se convirtieron en ciudad, están llenas de conformidades. De sorpresas un pelín forzadas, de envoltorios de palpitaciones que no podrán cumplir las expectativas y de pequeñas dosis de exaltación arrancadas de cuajo a la vida, que tendrá que buscar rutas alternativas para darnos lo mismo sin herir nuestra estima.

Pero alguien ayer me envió una receta.

Y mis manos, y mi esencia, volvieron a cantar.

Alguien ayer me devolvió la varita mágica. Y mientras los aromas de mis pasteles nuevos inundaban la casa, una estrella se desprendía del cielo. Y recordé que esa imagen, la de la estrella desvaneciéndose, según las leyes de la física, ya no refleja el presente, sino el declive lento y asombroso de un cuerpo que pierde su luz.Y descansé. Y los luceros temblaron de futuro.


Y sonreí.
Porque mi presente es un regalo. Y está brillando.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta pensar en unos camellos con polvo de estrellas entre sus pezuñas...pero creo que será mejor que tus manos...las del desierto..con arena, soledades, ocosas sin gran valor...cogen un poco de ese milagro de los sueños y se llenan de luz y de la tibieza sencilla de una caricia...un beso cariñoso.

Florecita dijo...

Mi presente también es un regalo... y el polvo de estrellas está entre mi pelo enmarañado... cuestión de que el Universo es uno solo...

Es hermoso leerte... quedarme quietecita y dejarme "mover" por lo que tus letras van dibujando en mis ojos, en mi corazón...

Hoy que es día de muchos regalos "forzados", "comprometidos"... pensé y dí gracias por el más preciado regalo que tengo todos los días... poder saber que respiro... que todo está hilvanándose...

Como siempre un abrazote...

BELMAR dijo...

EN UN PRINCIPIO ERA EL VERBO Y LA POESÍA PARIÓ DE SU PRIMER LATIDO


Música sobre el lecho de la noche;
fuego endurecido hasta el límite de los astros.
El aire consumiendo las palabras
como disparo rokhiano sobre la eternidad:
húmedo y goteando sobre las paredes,
ahogado por sogas metafísicas,
mojado como la pasión entre los labios.

Cada letra excitada como flor
en su primera primavera. La armonía
acariciando el silencio del sepulcro,
del óbito enorme como chaqueta deshilachada.
El leñador -amo de las sombras-
bebe del canelo, sueña con rojos alerces.

Entre tormenta y espanto,
entre promesa e invierno,
la poesía del Poema Infinito
nace desde los cabellos del Ángel Caído,
descifrando su oráculo y sus aguas sibilinas.


BELMAR 1999.-

Conciencia Personal dijo...

Quièn nos tendría que dar la respuesta, el Dios de las cosas pequeñas o el Dios de los poderosos???

Feliz día de Reyes.

Abrazo coincidente.

El detective amaestrado dijo...

Que vuelvas a cocinar es indicativo de un montón de cosas...Enhorabuena por hacerlo. Tu misma te hiciste el mejor regalo a tí misma...

axel dijo...

eso se ve delicioso!!! me guardas un cacho para cuando vaya a espana, saludos y una abrazo fuerte bonito tu escrito acerca de lso reyes magos y por cierto a ti que te trajeron???

Gonzalo Villar Bordones dijo...

me lleno de alegría con la estrella que brilla sobre tu alma.

y de gula, con las recetas y las fotos.

Anónimo dijo...

"Y SONREÍ"

Me hace feliz sentir que sonríes. Que todo este año sea un regalo para tí.

Y como siempre......... no tengo palabras para tus escritos.

Muchos besos

Mª Jesús

Motarile dijo...

Precioso. Como de costumbre.

Ptons

Le Mosquito dijo...

¿Bakwala? Así que te costó encontrar esta receta. Caray, no conocía tu blog de cocina (ahora sí). Hace tiempo que no hago Bakwala, pero antaño los he horneado hasta la saciedad. Eso sí: en lugar de hojaldre, he amasado mi propia Masa Philo, y añadido algún sedcretillo más, que dejará de serlo, cuando lo comente en tu blog de cocina ¿Te apetece? :)
Por otra parte, comentarte que entradas como estas, las referidas a aquellos que por no tener, no tienen ni tiempo para vivir, me parecen imprescindibles para valorar la vida; la propia y la ajena.
Besos y miel.

Anónimo dijo...

Hola guapetona!! me alegro volverte a leer, es muy bonito todo lo que escribes, que envidia (sana) de ver que tienes tanta facilidad, :-) sigue así.
Y sigue soñando, sonriendo y cocinando tan bien ;-), me alegra tambien ver que la sección de tus recetas ha vuelto, el Bakwala tiene buenisima pinta.
Muchos besotes, muchos ánimos y mucha felicidad para este nuevo año. Te lo mereces.

María B.

José Luis dijo...

si tu presente es un regalo quiero ser como tu.
besos

Clarice Baricco dijo...

Me ha encantado tu presente, el regalo que deseamos tener.
Me contagias el brillo y aroma.
Me voy con esperanzas.

Te abrazo...

Lis dijo...

qué lindo!!
yo también me voy con aroma, además con el encanto y el cariño de compartir recetas...

Anónimo dijo...

Uhhhmmm, tienen un aspecto excelente!!

Besos

Paula dijo...

Fernando, al final, las cosas sin gran valor, son las más valiosas, las que dejan un poso en el alma que no se puede olvidar...

Florecita, supongo, que al final,la vida, es el gran regalo. La pena es que no nos demos cuenta en el día a día...

Belmar, el último párrafo me toca... muchas gracias por colgar ese poema

Conciencia... yo creo que la respuesta está en nosotros, así, sin más...

Detective, cierto es que en los desiertos también viene bien tener un dulce que nos amenice la travesía ¿no?

Paula dijo...

Axel, cuando vengas a españa te hago una tarta de chocolate... ¿te parece?

Gonzalo, qué bueno verte otra vez por aquí. Y alegría era lo que sentía según la casa se llenaba de nuevos aromas...

Mª Jesús, las sonrisas compartidas son un gran regalo, ¿no te parece?

Jotigliare no sé si todos verían mi presente como un regalo, pero yo sí lo quiero ver así. Como siempre, es una cuestión de actitud. ¿Cómo ves tú tu presente?

Anónimo dijo...

Estoy con el detective, eso de que vuelvas a cocinar....cuanto me alegro.
Ah esas dudas acerca de los Reyes Magos, yo también me hacía un montón de preguntas!

Paula dijo...

Claricce... ¿hay mejor regalo que la esperanza? últimamente he estado un poco escasa, pero la cocina siempre me da otra visión de la vida...

Lis, es un ingrediente básico en cualquier receta, el cariño. Llévatelo a borbotones

athos, mil gracias, espero que además, te gusten...

Paula dijo...

(ay madre, que me salté a unos cuantosssssss)

José Manuel, mil gracias por visitarme, me alegra verte por aquí...

Le mosquito, creo que en occidente nos hace falta reflexionar más a menudo sobre el ritmo frenético que está tomando nuestras vidas... Es como si necesitáramos dos o tres casas, dos o tres coches, dos o tres vidas y yo qué sé cuantas cosas más, para al final, no tener tiempo ni de saber quiénes somos, ni qué es lo que nos hace sonreir. Es tan absurdo...

¡¡¡María!!! Yo sí que me alegro de verte por aquí. A ver si quedamos y hacemos juntas esas rejas que tú sabes, y nos rendimos un homenaje ¿te parece?

Lamima, yo me hago muchas preguntas, muchas veces, y la mayoría, no encuentro respuestas, pero sigo. ¿te animas con la receta?

Un abrazote fuerte fuerte

RAIKO dijo...

Estimada Paula, la noche de Reyes fue para mí una lucha entre el obstinado niño que llevo dentro y el cínico desengañado que me voy volviendo con el paso del tiempo. Un abrazo.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

qué cantabas amiga?

Anónimo dijo...

Ya lo sabía yo Paula, que más temprano que tarde ibas a encontrarle el "calorcito" a tu nueva cocina... Me has emocionado... mucho, pero que mucho...
te dejo dulces para tu travesía!!!!
LAONZA

Olvido dijo...

Paula !!!
Que alegria encontrarte preparando cosas ricas para compartir...
La magia de los Reyes Magos hicieron posible ese milagro de que estrenes esa cocina...
Cuesta arrancar lo se pero la vida sigue y nosotros somos fuertes o por lomenos tratamos de serlo...
Te dejo un beso giganteeeeeee
Olvido

Paula dijo...

Raiko, mientras haya un niño en ti, no permitas que un cínico lo apague. Mimalo y acaricialo. El será el que juegue contigo cuando ya no quede nadie

Gonzalo, le hice los coros desafinados a Fito Paez. No se lo digas a nadie...

Laonza, ya estoy planificando los nuevos platos. Espero que te gusten también

Olvido, no sé si somos fuertes, pero si sé que decidimos ser fuertes... y eso trae olores a pasteles en la cocina

un abrazo

Francisco Ortiz dijo...

Algo sólido aleja a veces las estelas de los fantasmas. Algo que se puede palpar, paladear, es muy adecuado.

Paula dijo...

y que lo digas, Francisco

son los detalles cotidianos, los pequeños detalles, los que pueden devolvernos la estabilidad

un abrazo