02 febrero 2007

Recuerdo

Recuerdo la luz. No recuerdo la canción. Recuerdo el sitio, y cómo estábamos sentados. Recuerdo el olor. Cómo lo recuerdo. Siempre recuerdo el olor. Lo que más recuerdo de ti, lo que perdura siempre, es el olor. Ya lo sabes. Recuerdo también tus ojos, mirándome sin quererme mirar. Recuerdo que querías no estar. Que querías no haber estado. Recuerdo que ante todo, querrías haber estado. Recuerdo que te arrepentiste de haber estado. Perdón, que nunca te arrepentiste de haber estado. Recuerdo que te arrepentiste de no haber estado. Como yo. Recuerdo mirar tus ojos llenos de culpa, y no saber a quién culpar. Recuerdo que me sentí culpable. Que sentí culpa por tu culpa. Que hice tu culpa mía. Recuerdo que quisiste retirarte a tiempo. Hace ya tiempo. Y que no hubo tiempo. Recuerdo que yo también quise retirarme a tiempo. Y tampoco encontré el tiempo. Hubo tiempo después. Tiempo de culpa. Y tiempo sin tiempo. Recuerdo las ausencias. Y el vacío. Las alas de los ángeles azotaban entonces nuestra ventana. Nunca me creí del todo que aprobaran nuestro amor. Aún revolotean las plumas cuando me retuerzo de soledad al amanecer. Recuerdo que sus himnos generaban la niebla que nos procuraba esconder. Por no sabernos retirar a tiempo. Pero nunca quise retirarme. Tú tampoco. Recuerdo la encrucijada. Y el laberinto. Y el minotauro nos acorraló sin piedad. Los ángeles ahora lloran en un rincón. Recuerdo que sus cantos eran claros. Pero no supe entender sus mensajes. Recuerdo mis sueños de entonces. Todavía no sé cómo los interpreté tan mal.

Recuerdo que un día dejamos de hablar del futuro. Que empezamos a abrir paréntesis. Que no podíamos contener las ganas. Recuerdo que nos buscábamos por los rincones, y luego nos escondíamos para no robarnos el corazón. Para que no se notara. Para que pudiera seguir latiendo a su ritmo habitual. A su ritmo cotidiano. Pero nuestro corazón nunca tuvo un ritmo habitual. Ni cotidiano. Recuerdo tu voz. Ahora me suena terriblemente lejana. Y aunque mañana vuelva a escucharte, recuerdo que pensé que no podría soportarlo.

Recuerdo que mientras te despedías de mí, todas las puertas parecieron atascarse. Recuerdo que quería correr, quería correr tan rápido como para detener el tiempo y retardarlo, y retrocederlo, y cambiarlo, no sé, hacer lo que fuera, como fuera, hacer lo que hiciera falta para devolverlo al preciso instante en el que aún no te habías despedido, en el que aún no me habías dicho, esto sí parece definitivo ya. Recuerdo que me tragué las lágrimas. Recuerdo que me tragué el dolor. Recuerdo que tú también tragabas. Pero recuerdo que quería correr. Sobre todo, recuerdo que quería correr. Recuerdo que me imaginé corriendo, y que esa imagen consiguió aliviarme. Recuerdo que hubo un mundo donde yo empecé a correr, y el tiempo estuvo de acuerdo en pararse. Y en ese mundo las cosas me parecieron de otro modo. Recuerdo que las sombras me rescataron de la locura, y me devolvieron en volandas nuevamente aquí. Donde sólo quedan recuerdos.



Recuerdo que finalmente recordé que me abrazabas con desesperación. Que luchabas por retenerme un instante más. Recuerdo que entonces comprendí por qué.

Recuerdo incluso lo que nos estuvimos tomando.

Nunca un capuchino me supo tan amargo

52 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Los recuerdos son un arma de doble filo, ambos fatales, ambos dulces, ambos irremediables.

Unknown dijo...

A veces para decir por fin adiós hay que escribir las despedidas...

Un saludo...

Artic dijo...

Cuantos recuerdos, ¿verdad?. Cuantas cosas se pueden ir acumulando en nuestra mente. Quizás sea hora de hacer limpieza de todo lo que supone un peso innecesario. Triste, pero me gustó.

Un abrazo.

Le Mosquito dijo...

Almacenar recuerdos alquilando la protección de Naftalina, mata polillas. La polilla sólo es una pequeña mariposa comilona y tildada de fea, pero que, como todas las mariposas, necesita comer y volar. Volar.
Un beso.

Javier López Clemente dijo...

Los recuerdos son como los espejos retrovisores de los coches, tan necesarios para la conducción pero sin olvidar que debemos mirar para adelante, en caso contrario, sólo mirando a los espejos retrovisores, la piña esta segura.

Salu2 Córneos.

Anónimo dijo...

Cuando la ausencia ya no guarda el rescoldo del dolor, sólo son cenizas que nos traen de vez en vez los recuerdos, se puede hablar del pasado con toda la firmeza de ver como las situaciones se fueron desarrollando...ya sabes lo que te dije el otro día de los amores perdidos pero siempre conservados aunque sea en el recuerdo..una vez que no hay odio..Neruda ya decía de todas maneras aquello de "es tan corto el amor y es tan largo el olvido"...sigamos lentamente acariciando los recuerdos...besos..

Anónimo dijo...

Ahora tus recuerdos son ya como los mios...

un beso

Le Mosquito dijo...

Olé por esa comida que le has dado a las polillas. Estarán saciadas y agradecidas. No volverán.
Gracias por entender mis palabras como lo que pretenden ser: un regalo sin acuse de recibo. Algunos regalos, cuando son recibidos como lo que son, deben ser agradecidos por quien pretende hacerlos, y no por quien los recibe. Éste es el caso.
Gracias.

Javier dijo...

Cada vez que recuerdas te reconstruyes. Recordar es sentir de nuevo, afianzarse para seguir adelante.

Me gusta mucho todo lo que escribes Paula, aunque casi nunca comento nada, porque lo que me sugieres es el silencio y la reflexión.

Anónimo dijo...

Si, los recuerdos son como los retrovisores, que razón tiene Javier.
De cualquier forma para superarlos siempre hay que rebozarse en ellos (..es tan corto el amor y es tan grande el olvido... magnífica cita de Neruda que te trae Fernando). Hace falta darse a cuenta a tiempo del desastre y creo que lo hiciste "hubo un momento en que dejamos de hablar del futuro".. es real y triste. Es así.
Solo queda acompañar la limpieza del tiempo.

Anónimo dijo...

Me nuda tarea el recuerdo!
Me estremecen tus palabras y como desembocan en su final tan preciso.
Cuando quiero inundarme de buenos textos, siempre paso por acá.
Un abrazo!

Paula dijo...

Arcángel mirón, y que lo digas...

Delokos, puede que tengas razón. Gracias por seguir ahí.

Sincronie, gracias por ese abrazo.

Le mosquito, como te he dicho en tu casa, las polillas comieron, y volaron. Hacia la luz. Tu comentario, como todos, me pareció de lo más acertado. Directo al corazón. Y no creas, puede que coga la imagen y escriba sobre ello. Ya sabes lo mucho que te agradezco cada una de tus visitas.

Javier, espero que no sea una riña... Y si lo es, que sea cariñosa, que no estoy para muchos trotes, ¿vale?

Paula dijo...

Fernando, a veces, el recordar también puede ser un exorcismo, como dice delokos, una manera de decir definitivamente adiós... Y las polillas vuelan hacia la luz.

Anónimo, fíjate, yo diría que no has cogido la idea principal...

Mosquito, tus palabras son siempre regalos. Yo al menos, así las recibo. Y cuando llegan a mi ordenador, una ola de afecto inunda mi casa...

Javier, gracias por tus palabras. Me ha gustado mucho tu frase "cada vez que recuerdas te reconstruyes". Ahora eres tú el que me deja reflexiva y en silencio...

Lamima, la limpieza del tiempo, eso es... Un abrazo bien fuerte por tu compañía

Artemís Sublime, tienes razón, a veces, es necesario afrontar el recuerdo como una tarea, como un ejercicio, para mirarnos y ver en qué punto estamos. Gracias por tus palabras

Anónimo dijo...

Aunque siempre hay una sombra de dolor en estos recuerdos, creo que no debes olvidarlos...quizás hablemos de lo mismo pero el exorcismo no creo que sirva más que para airearlos y eso sí es bueno con las polillas y todo eso...un beso

Clarice Baricco dijo...

ufff contigo siempre me proyecto...y ni siquiera puedo recordar su aroma que nunca olí.

seguimos recordando?

Te abrazo...

Guillermo Gnomo dijo...

todo recuerdo abraza la hilacion fecunda del tiempo mientras nos diluimos en la presunta imagen del olvido... hermoso texto, hermoso espacio...abrazos intersticiales

axel dijo...

la nostalgia... puede ser a veces triste pero siempre llena de dulces recuerdos!!!

siempre bonitos poemas contigo... como has estado como te ha ido, un saludo y que este todo bien por haya

cuidatee

Anónimo dijo...

Amiga que excelente escrito,quiero compartir contigo unas pocas palabras que nacen de esta lectura:

Recuerda todo menos el miedo,los demas recuerdos, llenalos de amor y de misericordia,si haces esto,seras feliz y te encontraras con todo lo que soñastes para ti,nunca estas sola,el amor siempre te acompaña,abre los ojos y descubre lo bello de la vida,cierra tus ojos y dejate amar,abrete al conocimiento que tienes en tu interior y que al necer olvidastes.

Te abrazo,mucha luz,se feliz

Lis dijo...

amiga..and so it is...canta Rice y la vida de alguna forma sigue..recordamos los olores y los sabores y parece que la pena no se va..

un abracito

Anónimo dijo...

Hola paso a dejar mi huella te seguí del blog de alexis ,la verdad leí tu blog y me encantaron tus letras,referente a tu post todos los recuerdos son nuestros instantes de vida algunos para guardarlos en una cajita especial y hay otros que por mas que se traten de olvidar no desaparecen y aveces hasta pueden llegar hacer tortura....Un abrazo....

El detective amaestrado dijo...

Ese minotauro es un malnacido...ojalá encuentre un laberinto a su medida

Florecita dijo...

Por aquí también haciendo limpiezas... te mando un cojín bien acoolchado, así descansas mientras los recuerdos encuentran su camino...

Anónimo dijo...

Todos somos coleccionistas de recuerdos

Pacita dijo...

Un abrazo por esos paisajes que sellan nuestras vievencias !!!
ES preferible sufrir por amor que por soledad dicen algunos ..
La vida no es nada sin esos recuerdo !!!!!

Gonzalo Villar Bordones dijo...

he regresado del bosque. lleno de abrazos para tu alma. te dejo besos de invierno y de fuego.

Isabel Barceló Chico dijo...

El amor nos hace sufrir tanto... y al mismo tiempo, qué extraordinaria fuente de inspiración. Tu texto es precioso, paula.
Si te apetece tener algún papel en la historia de la reina Dido y Eneas, piénsalo. Basta con que imagines un nombre y una actividad y me lo digas. Besitos.

Paula dijo...

Fernando, algún día los recuerdos serán dulces. y formarán parte de mi bagaje. besos

Claricce, seguimos recordando, pero suave, suave, casi sin que se note, ¿vale?

Menta producciones, bienvenido, y gracias por tus palabras. Un abrazo intersticial para ti tambien.

Axel,no hay nada como un domingo de recuerdos, con la lluvia en la ventana y un buen jazz... ¿a que sí?

Alexis, creo que el miedo también hay que recordarlo, si nos salvó, para repetirlo, y si nos paralizó, para que no vuelva a hacerlo. Y mil gracias por la luz. Me llega, me llega...

Lis, pero la pena se irá, y llegarán nuevos días, y nuevos amaneceres, ya lo verás. Otro abrazo. Grande grande

Eddy, bienvenida, espero seguir viéndote por aqui. Un abrazo, y gracias por tus palabras

Paula dijo...

Detective... ¿y si resulta que el minotauro al final me mostró la salida? quién sabe, lo cierto es que aún vivo para contarlo

Florecita, los recuerdos, como las polillas, fueron hacia la luz. Mil gracias por tu cojin

Capitan Ahab, coleccionista de recuerdos, y de instantes, y de pedacitos de vida...

Pacita, los recuerdos no siempre nos hacen sufrir, a veces son terriblemente dulces ¿verdad?

Gonzalo, me alegra verte de nuevo por aquí. Espero que te haya ido de maravilla.

Isabel, ahora mismo voy a darte un nombre y un oficio, me encanta la idea. Mil gracias por el ofrecimiento

Alberto dijo...

Hola Paula, aquí me tienes de nuevo después de los exámenes. Vuelvo y de nuevo encuentro un texto maravilloso, mi enhorabuena! Los recuerdos nos hacen ver que hemos vivido o que a lo mejor hemos vivido muy poco; nos dicen que hemos existido y que algo bueno o malo pasó por nuestra vida, y lo más importante es lo que aprendimos de esa lección, no te parece?

SalU2!!!

Anónimo dijo...

Yo ahora me alimento de recuerdos, es sano, es bueno...
los tuyos me encantan...
besos Paula-mares
Laonza

Anónimo dijo...

cómo me duelen estas palabras que no son mías pero que me muerden la lengua y me tensan los pies.

pero que bien me sienta volver a pasearme por aquí...
besos!

Anónimo dijo...

Bella Paula creo que es tiempo de dejar las maletas y continuar ¿no lo crees?

BETTINA dijo...

O tiempo de hacer las maletas, cerrar las puertas de los recuerdos con siete llaves y andar. Andar hacia lo nuevo, aunque de miedo. Podrá haber algo peor que el desamor? No, pues entonces, adelante!!!

Anónimo dijo...

el capitan ahab ha mutado en Hôichi

Gubia dijo...

Veo que estas llena de recuerdos...dentro de poco verás como solo recuerdas aquello que no te duele y agradecerás todo lo que vive en tus recuerdos porque algo maravilloso te espera, ya lo verás...yo lo sé.Por eso es bueno recordar siempre, para valorar más lo nuevo que vivimos. Un beso.

carmen fulle dijo...

Recuerdo que recuerdo, tal vez el capuchino y su mirada que no veía, que ya no quería ver, no quería verme, que quería que yo no estuviese más, que nunca hubiera existido. Pero existí.
Muy bellos tus textos .. llevan a otros recuerdos, que son los mismos de muchos, en esta vida que es de uno y es de todos parecida, humanamente parecida.
Un abrazo por llevarme a los recuerdos.
Carmen

Paula dijo...

Hola Alberto... ya nos contarás que tal tus exámenes. Me alegra un montón verte de nuevo por aquí

Laonza, pues disfrútalos y que te sienten bien bien...

Dopel-dobel, guapa, qué alegría verte otra vez aquí. Y ya sabes, esta es tu casa, ven cuando quieras

Ixchel, me había parado un momentín a descansar, pero no he dejado de continuar el camino. Como le decía a mosquito, las polillas, deseosas de recuerdos, comieron, y volaron hacia la luz. Y yo sigo mi rumbo.

Bettina, creo que algo peor que el desamor es no darnos cuenta de lo que hemos amado. Tomar conciencia de esto nos dá la medida de nuestro corazón. Eso nos humaniza y nos ayuda a continuar la andada... ¿no te parece?

Hoichi, me gusta tu nuevo nombre, sí señor.

gubia, y los recuerdos nos configuran, y nos recomponen, y nos rehacen.

Carmen Fulle, yo también existí. Y porque existí, escribo. Para que no se olvide.

Gracias a ti por venir

BETTINA dijo...

Paula, estoy de acuerdo. Es preferible haber amado una sola vez intensamente que no haber amado jamás...

maite dijo...

y mañana...recuerdo recordar que te recordaba...
un beso

Anónimo dijo...

hola, suelo leer tu blog, has publicado tus escritos?son muy delicados, sensibles y bellos, es un placer leerte.

Paula dijo...

Bettina, eso es...

Maite, mañana, mañana... Mañana tú y yo vamos a reirnos hasta caer al suelo, ya verás


María, gracias por tus palabras, y bienvenida. De momento, me conformo con publicar aquí, me siento muy afortunada de poder hacerlo. Un abrazo.

Un abrazo a las tres

Anónimo dijo...

La Cariñoterapia da grandes resultados cuando se cumplen las pautas terapéuticas que te marca el medico.

La abrazoconcariñomicina es un gran antibiótico si se aplica a dosis “lasqueseanycuandosean” y se ayuda con un besopolisacarido y un colirio de miradahacialatuyafenol.

Caminar todos los días desde la imaginación o sobre un papel o conjugando verbos que se llevan entre dos manos que se buscan es otra terapia que da buen resultado.

Espero que el tratamiento que te han puesto se refleje en esas palabras que hacen del sueño de los mares algo muy despierto y vital.

Un fuerte abrazo.

Paula dijo...

Gracias, Javier.

Gracias.

Olvido dijo...

HERMOSO lo que has escrito Paula...
La persona que hoy has perdido ha entrado realmente dentro de ti y sigue viviendo en ti como parte de Tu ser. No solamente como recuerdo, o como una maxima que has echo tuya y que termina estando entre tu y el mundo. En donde ha habido una relacion, la otra persona se ha convertido en una parte de ti mismo.
Como bien te dijo alguien lo importante es haber vivido, haber amado que no haberlo echo jamas.
Te dejo un beso enorme
Olvido

Paula dijo...

Gracias Olvido, me han encantado tus palabras

Anónimo dijo...

Aquí hay poesía en las palabras, palabras con poesía, poesía hecha palabras, palabras poéticas y poesía llena de palabras. Y además hay, al leerlo en voz alta, un sonido que se repite, con esa r omnipresente, que sólo descansa cuando toma su lugar la s. No sé si lo habéis leído en voz alta. Es muy grato. (Un saludo. Francisco Ortiz)

Danelí dijo...

Yo recuerdo también el olor. Por eso mi ciudad huele a ropa verde.

Paula dijo...

Francisco, acabo de leerlo en voz alta. En tu honor. y como agradecimiento a tus generosas palabras.

Daneli, difícil olvidar un olor, ¿verdad?...

Patus dijo...

Cuando el amor se acaba es como cuando muere un ser querido, te deja una marca permanente en el corazón y hay que aprender a vivir con ella.
Beso

Paula dijo...

Y que lo digas, Patus, y que lo digas.

Besos para ti también

Paola dijo...

Que lindo escribes, espero que no te moleste pero en mi blog hice un link al tuyo, así puedo seguir leyéndote.

Un abrazo.

Paola

Paula dijo...

muchas gracias, Paola, un placer