04 mayo 2007

Sin nombre

Vuelvo a casa, a mi cómoda y dulce casa. Vuelvo al hogar. Cálido y reconfortante. Vuelvo a mi territorio. A mi guarida. Vuelvo, siempre vuelvo. Vuelvo al hogar.

Avanzo por la calle de la Libertad. Es de noche, y estoy feliz porque vuelvo al hogar.


Hay un bulto en el suelo. Un bulto que me mira. Le miro yo también. Nos encontramos en el espacio de las miradas que escudriñan. Veo un bastón viejo a su lado. Alguien ha caído, y yo debería seguir mis pasos. Pero veo un cuerpo retorcido, y lo miro, lo sigo mirando. El tiempo acaba por detenerse, como si estuviera abriendo un paréntesis en el que me dejara elegir. Y él, entonces, sin dejar de mirarme, me habla.

“Ayúdame”.

Me acerco. Me pongo a su lado. Huele mal. Sigue mirándome a los ojos. Es tal su porte que siento que en cualquier momento todo el escenario va a cambiar y voy a salir proyectada a otro mundo. Imperio de luz. Imperio de otredad. Imperio de nadas completas. Imperio. El imperio. El otro mundo en el que, en demasiadas ocasiones, quiero desaparecer.

Pero todo permanece allí, detenido en el paréntesis del tiempo. Sé lo que tengo que hacer, lo que tengo que observar. Lo que tengo que preguntar. Sé cómo levantar a alguien que ha caído. Sé cómo hacerlo. Cómo tengo que flexionar las rodillas, cómo tengo que colocar mis manos para que el peso del caído haga la palanca que le impulse a ponerse en pie. Sin embargo, él se abraza a una de mis piernas como al mástil de un barco que estuviera a punto de naufragar. Aparece, de repente, su tacto. Su amargo tacto. Su rotundo tacto. Su nuevo tacto. Su tacto desconocido, que en otro momento sería hiriente, que en otro momento me molestaría, a mí, a la intocable, a la que le irrita el tacto desconocido, en este instante me obliga a despertar. Y siento una de mis piernas como el mástil de un barco que está a punto de naufragar.

“Pide ayuda, tú sóla no vas a poder”. Habla lento, torpe, pastoso, con un aliento de alcohol agrio que sobrepasa la calle, y se pierde en el río. Lo miro a los ojos. Me nubla su olor rancio, su mirada digna. “Claro que vamos a poder”. Un instante, y resurge de nuevo, allí, en pie. Levantado por mis manos y su impulso. Apoyado contra otra pared de piedra. La pared de piedra del viejo muro de dolores de la calle de la Libertad.

No deja de mirarme. Compruebo que más o menos, todo está bien. Ningún hueso roto, ningún dolor que sobrepase al cotidiano. Ningún techo que ofrecerle aunque no me lo pida, ningún paso que pueda dar por él. De nuevo él es el vagabundo, y yo la chica que vuelve a su hogar. Lo que decía, más o menos, todo está bien. Se cierra el paréntesis.

“¿Cómo te llamas?” Paula, me llamo Paula. Ni se me ocurre preguntarle su nombre.

“Mañana iré al Pilar y rezaré por ti.” y da la sensación de que intenta sonreirme. Es mucho más de lo que puedo soportar. Hace mucho que es más de lo que puedo soportar. Me despido con la mano, continúo. Ya no puedo hablar. Y sigo avanzando por la calle de la Libertad, rumbo a mi guarida, al rincón donde me escondo y donde me protego, y donde corro a refugiarme cuando, definitivamente, nada termina por estar del todo bien.



Al oirle decir “gracias” giré a la derecha. Mis lágrimas llegaban al mástil.


Al mástil del barco que estuvo a punto de naufragar.





Primera imagen: G.CHIRICO. La alegría del regreso. 1915.
Segunda imagen: S. DALÍ. Dos trozos de pan expresando el sentimiento del amor. 1938-39.

55 comentarios:

Matta dijo...

Hola...siempre urbana .....me gusta tu mirada de las cosas...desde Chile un saludo

nomesploraria dijo...

Hola Paula. Que historia...
“Mañana iré al Pilar y rezaré por ti.”
A mi que en el fondo me gustaría creer en dioses y diablos estas palabras me han emocionado.

Un abrazo con cariño.

Unknown dijo...

Querida amiga...

Todas las cosas de la vida nos van a enseñar algo; nada ocurre sin dejar huella, pocas cosas nos dejan indiferentes...

Y definitivamente, nada termina por estar del todo bien... la vida sería muy aburrida, je,je...

O, quizás, somos nosotros los que no lo vemos del todo bien, porque las cosas son como son y no de otra manera; pero bueno, eso daría para otro tema, desde luego...

Un fuerte abrazo...

Anónimo dijo...

soportar, en esto consiste la farsa en la que estamos inmersos

besotes

el_Vania dijo...

Las historias cercanas, cotidianas y urbanas pueden ser las más crudas y desgarradoras.
Te mantuviste serena en la tempestad, pero cuando pasó, te derrumbaste.
Lógico, pues al fin y al cabo, Paula, somos humanos.
Salud/OS!

Antígona dijo...

Hay verdades que son difícilmente soportables. Como que la fortuna favorezca a unos y abandone a otros sin que podamos comprender las razones de su proceder. O tal vez sí. Pero el ser humano es de los que, además, puede empeñarse en arruinarse él solito la vida.

¿Qué barco no hubiera estado a punto de naufragar?

Me ha conmovido tu historia. Un beso!

Osselin dijo...

Yo que soy un ateo furibundo respeto a la gente que sabe rezar como tú y como...mi madre. Que más te `puedo decir, ángel de los blogs.

Arcángel Mirón dijo...

Uf... durísimo...

Hoy a las siete de la mañana me acerqué a la casilla de la parada del colectivo, y a un costado había un niño pidiendo. Al otro costado, un viejo con una lata de monedas, que ni siquiera pedía. Estaba encorvado.
Esas cosas destruyen de a poco.

Expediente X dijo...

Paula, permíteme ser diferente, yo lo titularía "Con Expediente X" y no me refiero a mí, pues a mí me da la impresión que no hay un final definitivo por eso me quedo con estas palabras "nada termina por estar del todo bien.". Un besazo de Javi, que pueda hacer todo el bien posible, Paula.

Tamaruca dijo...

Para mí también es más de lo que puedo soportar.

Y sin embargo, lo soportamos. Durante más tiempo del que creímos poder soportarlo.

Rabiosamente conmovedor. No he podido evitar leerlo tres veces y en cada ocasión, encontraba un nuevo y desgarrador matiz.

Un besico fuerte, Paula.

Anónimo dijo...

Si todo estuviera “del todo” bien, si todo fuera perfecto no habría sitio para las personas que dicen su nombre a los oídos heridos , a los cuerpos vestidos de miseria, si todo fuera perfecto no habría gente sin nombre, lugares sin sombras , calles sin rodillas que se flexionan. Si todo fuera perfecto no habría naufragios en lágrimas y atarazanas donde esperar que el corazón entienda otra vez de dolores cotidianos.

Si todo fuera perfecto no habría razones para que el mar no durmiera cada noche y entonces…entonces:

¿quién nos traería el salitre agridulce de tus palabras?

Un placer leerte.

El detective amaestrado dijo...

Uno no sabe si temblar, si echarse a correr, o si dar gracias por ello

Anónimo dijo...

Una crónica que me deja temblando por su magnífica nitidez.

Un abrazo grande!

maite dijo...

por más veces que leo tu entrada siento que no debo añadir nada...
un beso

AnaR dijo...

Paula, el solo acto de detenerse y escuchar la petición de ayuda , ya es toda una lección humana.

Sin más palabras.

Un abrazo

qaesar dijo...

Paula, la eliminación de la entrada donde has puesto un comentario autóctono no tiene nada que ver contigo... ese post es para documentación personal y, por error, lo coloqué en el Ventano... así que no te mosquees
Un abrazo y disculpa

Jenipher dijo...

Pues qué me parece???

Me parece maravillso que aún existan estas leves señales que hacen que miremos a nuestro interior y replanteemos todo nuestro escenario...


Cariños desde Chile, y gracias por tu visita

Letra dijo...

A salvo del naufragio, has contado una historia increíblemente hermosa.
Un beso

Alyxandria Faderland dijo...

Cuantos habran pasado y escuchado la peticion, y siguieron haciendo oidos sordos, pensando que lo ayude el alcohol? Cuantos habrian salido corriendo de sentir que lo tocaban una persona en ese estado. Si no me equivoco, la mayoria.

mujer-florero dijo...

Lo que me parece es que eres una gran mujer, una sobreviviente, como tantas de nosotras.
AYUDA: !Ojalá! sirviera nuestra ayuda, pero lamentablemente la mayoria de las veces somos impotentes.

LA CALLE DE LA LIBERTAD: Ahora en tu casa (tu refugio)sientes que tienes toda la libertadad del mundo ¿No te pasa que no sabes que hacer con ella? ¿Que te ha quedado un enorme vacío, que de momento no sabes cómo llenar? Acéptalo con serenidad, la pena, el dolor, la rabia, la ira, la inseguridad.... poco a poco pasará.

Tal vez pasado un tiempo decidas cambiar tu refugio por otró más tuyo.

REZARÉ POR TÍ EN EL PILAR:
! Maravilloso! te va ha hacer mucho bien...."Señor hágase tu voluntad y dame fuerza para cumplirla"

Paula recibe un abrazo muy fuerte.

Paula dijo...

Matta, a ver qué remedio, soy urbana a tope, aunque ni te imaginas lo que disfruto la naturaleza...

Nomesploraría, a mí también me gustaría a veces creer en dioses y diablos, qué le vamos a hacer...

Delokos, ¿sabes? Ha habido un punto de inflexión desde ese momento. Creo que la levantada fui yo. Sé que entiendes lo que te digo. Estoy segura. Un abrazo.

Hôichi, además de soportar, también hay que aportar algo... ¿no? Un besazo

El_Vania, las historias cotidianas son las más desgarradoras, básicamente porque en ellas somos algo más que meros expectadores. Un abrazo

Paula dijo...

Antígona, es cierto... cualquier barco hubiera estado a punto de naufragar...

Osselin, yo, básicamente creo en el ser humano. Que no es poco. Un beso

Arcángel, a mí estas escenas me parten en dos, la verdad

Expediente x, es cierto, no hay un final definitivo, por suerte. Un abrazo

Tamaruca... ¿no conocerás algún conjuro para parar este puñetero viento, verdad? los míos parece que no funcionan... de momento

Paula dijo...

Javier, me conmueven tus comentarios, aunque bueno, eso ya lo sabes

Detective, yo hice las tres cosas. Y creo que me quedé corta...

Artemís, otro abrazo para ti...

Maite, con tu compañía es más que suficiente, ya lo sabes. Siempre es una gozada que te pases por aquí...

Ana r... no sé, no sé, la verdad

Paula dijo...

Qaesar, ni te preocupes, hombre. Un abrazo

Jenipher, pues si, está bien plantearse el escenario de vez en cuando...

Letras de mujer, así es la vida, preferiría mil veces contar otras historias, pero esto es lo que toca

Lady Zurikat, yo misma, en mil ocasiones

Mujer-florero, no vivo en la calle La Libertad, paso por ella para llegar a mi casa... Vamos, que la libertad me lleva a mi guarida, puestas a analizar el entorno... Me gustó tu análisis. Un besazo

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Después de leér tu relato que casi fue un grito en el silencio, de auroras repetidas que marcan como un cuento que gira y gira para que llegue al pensamiento.

Y es cierto; que en tu guarida podrás llorar, gritar un poco sin que te asalte el miedo de ser cursi-

Recibe un beso en tu alma.

Luis Vence dijo...

Hola Paula, qué bella historia y qué bien contada. Con un nudo en la garganta, sólo puedo decirte: Bellísimo.

Manuela Fernández dijo...

Hay quien siente la necesidad de irse a la India para servir a la humanidad. Pero también hay quien cree que no hay que irse tan lejos para ayudar a los demás.
Saludos Paula.

Palmoba dijo...

Estoy sensible y lo se, tengo ahora un nudo en la garganta después de leer lo que he leído.

Quizás por mi mala cabeza, por esa ansiedad de tirarme de lleno en lugares donde nada conozco, de caminar siempre sola por cualquier calle...”yo siempre he creído en la bondad de los desconocidos” ....es mentira...no la creído..la he vivido....sin ellos a veces no habría podido salir de determinadas situaciones....claro que ese hombre rezara por ti...lo que para alguien es una historia, para otro ha sido una tabla en medio de su naufragio personal.
De repente me gustas mucho.
Abrazos.

Álvaro B. Pérez dijo...

Nada, jamás, termina por estar del todo bien.

PD: y pobre infeliz del que crea que esto es sólo de pesimistas.

Saludos guapa

Javier López Clemente dijo...

La calle libertad va desde el Texas hasta un montadito de champiñones. La he andado hacia arriba y hacia abajo. He fotografiado sus paredes. Algunas veces he caminado borracho sobre sus suelos. He reido en sus bares. A veces la atravieso dando un rodeo que tambien me llava hasta Estebanes.
A partir de ahora me fijaré en los bultos.

Salu2 Córneos.

Anónimo dijo...

Es la primera vez que vengo por aquí, te he visto en el blog de Jenipher.
Me ha gustado el sitio, volveré a visitarte.
P.D. La historia preciosa, es cierto con ayuda las cosas algunas veces se superan mejor, otras las ayudas nos lían más.
Petonetes/besos

Florecita dijo...

Vengo despacito, con un poco de polvo de ángeles... un abrazo...

Clarice Baricco dijo...

Estás en tu casita, y yo vengo a refugiarme en tus letras.

Detenerte es algo que aprecio. Tú diste esperanza.

Abrazos querida

MentesSueltas dijo...

Letras contundentes... hermoso.
Dejo un abrazo desde Buenos Aires.
MentesSueltas

Gonzalo Villar Bordones dijo...

imagino lágrimas tuyas sobre tu rostro de soñadora.

Elías dijo...

Muy buena tu historia. Muy sentida...

Creo que es bueno tener ese stio donde salvaguardarte a ti misma, incluso contra tu voluntad. A veces te cansas de esa sensación de seguridad, pero en el fondo la anhelamos tanto como a esa vida que desconocemos y que nos gustaría dominar.

1beso enorme!

Somos levedad dijo...

Historias de la vida....las vidas de cada uno de nosotros..., tan iguales y diferentes al mismo tiempo...experiéncias que no nos dejan indiferentes...todas tienen un mensaje...algo de lo que aprender... de nosotros mismos, y de lo que nos rodea..
Un saludo.

Unknown dijo...

Palabras que solo valen si son leidas con el corazón.
Siempre es bueno volver al hogar, siempre es bueno saber ayudar....

Un saludo

Breo Tosar dijo...

Y es que, como nos enseñó Jesús y la gran Teresa de Calcuta, ayudar a los necesitados es volver al hogar. Gracias, Paula!

Expresiones... Un Punto de Encuentro dijo...

Hola Paula: Yo igual he regresado luego de unos dias de viaje a mi Pais a saludar a mi Madre y nuevamente en casa, he dedicado un tiempo para llegar a ca a tu casa y me encuentro un post excelente. La verdad me encanto la forma como deliciosamente narras tu llegada y tu encuentro con una realidad llena de grandes sentimientos.
Un abrazo,
AJIMIE

Mariano Zurdo dijo...

Después de leerte se ha hecho el silencio en mi cabeza, así que mis dedos poco más tienen que decir. Sólo te mandan un fuerte abrazo de acompañamiento.

Anónimo dijo...

Vuelvo a leerte y dejo un regalo:

Cierro mis ojos para imaginar los tuyos abiertos al mundo que nos mira,
y miraré en los tus tuyos, el alma y el paisaje que el mundo te dejó para mis ojos.


Recibe un abrazo en tu alma.

Anónimo dijo...

Un beso Paula; nuestro sino esta condenado a soportar lo inimaginable.
Desgarrador.
Mil besos.

Gubia dijo...

Aguantamos mucho más de lo que nosotros mismo creemos, a veces no vemos el final pero siempre nos queda el tiempo que pone todo en sitio.Un abrazo

Le Mosquito dijo...

Si hay que ir al Pilar, pos se va, que a estas alturas uno va donde sea para que estabilizar las naves e impedir su hundimiento, Paula. Claro está que, una vez en el pilar, me corran a escobazos por ateo y apóstata; pero, si hay que ir se va.
En una ocasión, hace muchiossss años, servidor fue policía militar, escolta de algún general y patatín y patatán. En alguna estación de metro de Madrid, había un vagabundo sentado, apoyado sobre los azulejos del túnel, y sosteniendo una botellita de vino.
- ¡Eh! Capitán...!
Me gritó
- Tómate un trago, que debes llevar muy mala vida.
Lo primero que pensé, es que me estaba arriesgando a pillar cualquier cosa si aceptaba la invitación; además, entonces no me gustaba el vino, pero aquél hombre tenía razón "llevaba muy mala vida", y él, no parecía estar disgustado con la suya. Así, y a sus ojos, yo era la víctima y él el salvador.
Me senté junto a él y tomé un trago.
- No abuses, que te veo venir...
Me comentó el señor.
Al punto, apareció un sacerdote. El sacerdote era un señor que, por entonces, presentaba en televisión un programa de éxito, y al que la gente adoraba (me consta) pues llegó a hacerse muy popular. El sacerdote nos vio, y se volvió, reprimiendo unas palabras. El tren llegó; una puerta se abrió; el sacerdote entró en el vagón y, desde allí, antes de que las hojas se cerrasen, me miró, rostro desencajado, para decirme.
- Dais asco, los dos dais asco; pero lo tuyo no tiene perdón de dios ¡Un soldado de España tirado por los suelos y emborrachándose con vino!

Sin duda, el sacerdote no cayó en la cuenta de que aquel señor que me invitó, no tenía para güisqui. Dios le perdone.

Fernando dijo...

Lo del Pilar..bueno..yo iría siempre a ver el retablo mayor de Forment..lo demás vendría a ser como el buen samaritano que todos escondemos...y cada vez más por miedo...un beso Paula.

Lis dijo...

profundo...tan profundo que el mar, ese que todos llevamos dentro, se asomó a tus ojos...

Mandarina azul dijo...

Me ha encantado ese "nada termina por estar del todo bien".
Por suerte, tampoco nada termina por estar del todo mal. ;)

Un beso.

Francisco Ortiz dijo...

Muy, muy bueno, muy vívido, muy real, y con esa definición magnífica que hay que anotar en tu haber: "Imperio de otredad". Un abrazo.

Elena dijo...

Qué bonita imagen has pintado con tus palabras, Paula, siempre en ese tono melancólico que impregna tus relatos.

Es reconfortante servir de mástil a otra persona, darle un punto de apoyo, aunque a veces puede ser demasiado cansado.

Un abrazo

RAIKO dijo...

Querida Paula, ya me he puesto al día con tu blog, es un gusto ver que sigues siento tan profundamente cálida en tus letras. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Bueno, hija mía... Dos cosas:
Una: vaya con el momento y el temblor que te entra por dentro en esas circunstancias: fragilidad total: tu mundo hecho añicos. Chapeau por tu resolución, a pesar de todo.
Dos: ¡cómo escribes! Porque vale, hay que vivirlo. Pero hay que contarlo bien para que se sepa lo que has vivido. Mi reverencia, Paula.
Un besazo.

Olvido dijo...

Cuando se mueren las flores de la ilusión hay que llenar el cántaro con el agua de la fe para regar las estrellas del ensueño. No dejes de llenarlo para que florezcan esos bellos poemas y narraciones que son una caricia y un bálsamo para tu alma y un regalo para los demás.
Besos
Olvido

Paula dijo...

Y una vez más...

mil gracias a todos por vuestras palabras, por dar vida y color a este pequeño rincón...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Ese hombre no te estaba dando la mano, te estaba tocando el estómago... (a veces lo llaman corazon, o alma)... sí, vivimos muy tranquilos en nuestra burbuja.

Y gracias por haberte pasado por mi blog y haber dicho hola. Si tienes tiempo, mira mi perfil y bajo el nombre asonancia puede que haya algo q te interese.

¡Saludos!